“Dependencia” una de las palabras que más escuché toda esta semana. La escuché en distintas frases como: “el Perú es un país dependiente de Estados Unidos” o “Gracias a la dependencia que Perú tiene con Estados Unidos, su crisis nos afectará” y algunas más.
Primero, para no cometer errores aclaremos al significado de la palabra “dependencia”, según el Diccionario Salvat (el único que tengo en mi casa –tengo un Larousse, pero es del año 2009 y como que ya no sirve-), dependencia es la acción de depender y depender es estar subordinado a una persona o cosa; venir de ella como su principio, o estar conexa una con otra, o seguirse a ella.
A mi humilde opinión todo país es dependiente de otro, y no existe un país independiente. Primero porque en la era de la globalización todo está interrelacionado o como lo dirían los marxistas (en el mundo todo se explica por la dialéctica) y segundo, por más que se diga que países como Cuba o en su momento la URSS fueron independientes no lo son porque Cuba recibe ayuda de Venezuela, Irán, Rusia y otros, y la URSS si hubiera sido libre nunca hubiese fracasado.
Para algunos el socialismo es la herramienta para conseguir la independencia con su fin último el comunismo. Si sería cierto porque no existe un país prospero que sea socialista o en su apogeo comunista, sólo uno.
La libertad es la madre de los derechos pero si en economía uno se aleja de la libertad se vuelve un anárquico económico y los anárquicos económicos nunca progresan, por tal motivo no existe ningún país independiente.
En el caso de que si por alguna razón próxima se enfriara el país de J. k. Galbraith y “nuestra dependencia” con Estados Unidos nos enrostraría con el suelo y nos descarnaría en una recesión, sabrá usted que si un resfrió de la primera potencia mundial (sea quien sea comunista o capitalista) contagiaría a todos los países, un resfrió no diferencia si el país de acá se cree libre o se cree socialista o capitalista, el resfrió te ataca y no es separatista.
Claro el resfrió será más fuerte en los países que tiene más lazos económicos con Estados Unidos. Entonces un vistazo a las cifras económicas con Estados Unidos nos aclararía un poco el tema.
Haber, si miramos nuestros principales destinos de exportación nos daremos cuenta que el más importante es Estados Unidos con un 17% seguido de China 15% y Suiza 11%. Es decir, un quinto de nuestras exportaciones van dirigidas al País del Norte. Ahora si el mercado del norte se enfría nuestras exportaciones correrían un grave peligro porque la mayoría de nuestros productos son absorbidos por Estados Unidos. En petróleo, en el sector pesquero no tradicional, en el agropecuario no tradicional y en el textil ocupa el primer lugar de destino. Sólo China, ocupa el primer lugar en Minería, pero ha de saber que la minería es el principal sector para la economía y el que más divisas trae.
De los 35 mil millones de dólares que exportamos el 2010, 21 mil millones provienen de la minería, es decir, tres quintos de nuestras exportaciones son minerales. El resto (dos quintos): textiles, agropecuarios, petróleo, pesca y otros. Ahora, ¿la dependencia de Estados Unidos es tan grande que un resfrió por el norte nos empujaría para abajo y estaremos viviendo en recesión y afloraría nuestra dependencia? Un resfrió nos pondría en aprietos, porque como se mencionó arriba nuestros productos no tradicionales van dirigidos en su mayoría a los Estados Unidos, y estos productos no tradicionales son los que dan más trabajo. Las empresas al no vender sus productos llenen sus inventarios por la acumulación de existencias y al ver que la economía no se mueve despedirán a algunos empleados y eso si que es grave.
Algunos dirán que la economía es fuerte que tenemos alrededor de 49 mil millones de dólares en reservas. Y si el desbarajuste dura por un periodo largo, será por “nuestra dependencia”. Con todo esto sabrá usted que con la entrada en vigencia del TLC con China la torta de nuestros destinos de exportaciones se mueva y quizá el principal destino para el 2011 sea China. La economía es muy compleja y ser sibilino o darse de agorero es imprudente. Sólo nos queda ser positivos y creer en la institucionalidad del Estado en sus poderes para que el desbarajuste que se acerca sea lo menos lesivo.
