En el mercado y en la política hay reglas y jugadores. Las tomas de decisiones políticas están supeditadas por las reglas, y los jugadores son las que los que aplican las reglas.
Si hacemos una analogía entre la política y el mercado; los votantes que son iguales a los consumidores, y los jugadores serían los políticos -la mayoría elegida por votos-.
Las personas quieren ser jugadores (políticos), porque tiene una ideología muy marcado, porque quieren realizar una labor social, por dinero o por intereses de terceros. Ya en el poder algunos son tránsfugas y traicionan sus principios, por apetitos pecuniarios o por sobrevivir en el mundo nublado de la política. Si seguimos con la analogía, en el mercado las empresas son maximizadoras de beneficio y en la política, los políticos también tienen que ser maximizadores de beneficio ¿Ahora que beneficio buscan maximizar los políticos?
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| El "Comeoro" y las dragas. |
Muy sencillo, algunos buscan quedarse en política para vivir como parásitos, otros buscan enriquecerse en el lapso para el cual han sido elegidos, y otros por pura conciencia moral y desarrollo de la sociedad.
Esto último es admirable -ojalá encontremos algún político que busque el desarrollo y este guiado por su conciencia moral-.
Los políticos venales son atraídos rápidamente por los grupos de poder, estos políticos presionan a favor de intereses y cuestiones favorables para los grupos de poder. Haciendo leyes, declarando a favor de ellas, concediéndoles concesiones, licencias y otros.
Un grupo de poder podrían ser los banqueros, los industriales, los petroleros, los mineros formales e informales . Si le preguntasen al señor Amado Romero a que grupo de poder pertenece, él diría que a ninguno, como todo político.
Pero este señor al que se le llama ahora "COMEORO" (término acuñado por Victor Andrés García Belaunde) , no puede decir que no pertenece a ningún grupo de poder. Hay pruebas suficientes como: que recibe 5 kilos de oro por mes de las mineras informales de Madre de Dios, que quiso presentar el proyecto de ley que deroga el decreto 012 (decreto que prohíbe el uso de dragas para la extracción minera), ha sido denunciado por extracción ilegal y por delitos ambientales.
En estos últimos años se nos ha hecho costumbre los apodos a los congresistas: mata perro, come pollo, roba luz, etc. Yo no sé si en otros países también los congresistas tengan apodos de pendejos (vivos), aunque lo dudo.
En el mercado si hay errores tienen que ser modificados, sino se agudizan y las consecuencias pueden ser fatales. En política se debe de hacer lo mismo, se le debe suspender de sus funciones parlamentarias porque sino se presentaría un mal precedente para la lucha anticorrupción que tanto a vociferado el presidente Humala (recordar que Amado Romero, pertenece a las filas de Gana Perú).
El Perú será una nación prospera cuándo los jugadores maximicen los beneficios benevolentes y morales. El mercado en la decada pasada ha sido el impulsor del desarrollo del Perú y la política se ha quedado resagado, como un elefante pesado que nos está jalando para atrás lo que no nos deja progresar.
No importa que tanto crezcamos, que tanta inversión venga, que tan eficiente sea el consumo o si las exportaciones netas son ingentes. El Perú no progresará si sigue teniendo esa clase política paquidérmica y oportunista.
En estos últimos años se nos ha hecho costumbre los apodos a los congresistas: mata perro, come pollo, roba luz, etc. Yo no sé si en otros países también los congresistas tengan apodos de pendejos (vivos), aunque lo dudo.
En el mercado si hay errores tienen que ser modificados, sino se agudizan y las consecuencias pueden ser fatales. En política se debe de hacer lo mismo, se le debe suspender de sus funciones parlamentarias porque sino se presentaría un mal precedente para la lucha anticorrupción que tanto a vociferado el presidente Humala (recordar que Amado Romero, pertenece a las filas de Gana Perú).
El Perú será una nación prospera cuándo los jugadores maximicen los beneficios benevolentes y morales. El mercado en la decada pasada ha sido el impulsor del desarrollo del Perú y la política se ha quedado resagado, como un elefante pesado que nos está jalando para atrás lo que no nos deja progresar.
No importa que tanto crezcamos, que tanta inversión venga, que tan eficiente sea el consumo o si las exportaciones netas son ingentes. El Perú no progresará si sigue teniendo esa clase política paquidérmica y oportunista.
