Ya lleva 9 días la huelga de los comensales de la UNCP, no se mira solución a la vista, ni marcha atrás tampoco.
En estos 9 días han pasado desde palabras fuertes del delegado de los comensales (Carlos lazo) hasta ideas sin razón del rector. En el medio de estos dos polos están los comensales de a pie y los universitarios que se solidarizan con la causa. Uno se levanta a las 6 de la mañana y prende su radio y lo primero que va a escuchar es "sigue la huelga de los comensales", "Carlos Lazo, que piensa de tal o cual cosa", "señor rector, cuando se van a reiniciar las clases" y muchas frases que giran alrededor de aquellas. Pero lo más importante y lo que mucha gente se ha olvidado son los comensales en sí, esa gente que pernocta en la UNCP, esa gente que prepara raciones para 500 personas, esa gente que no duerme bien, esa gente que apesta a humo, esa gente que toma agua sucia (porque tiene que sacar agua de los jardines), esa gente que arma fogatas para no pasar frio, esa gente que se sienta en cascos y piedras, esa gente que estudia en carpas y al aire libre,...
Quizá la conductora del noticiero mañanero de radio huancayo no se haya dado cuenta, pero los que sufren y sufrimos más somos los que tenemos que pernoctar en el interior de la magnífica y corrupta UNCP, ella no sabe que nosotros no podemos dormir porque el frio nos invade, ella no sabe que tenemos que levantar tan y talves más temprano que ella para preparar nuestros desayunos.
El domingo conversaba con algunos comensales y lo primero que me lleve de esa conversación era que no iban a torcer hasta que se solucione el aumento de presupuesto y de raciones. Pero, los problemas no son sólo eso, sino que cada facultad tiene problemas, un ejemplo -mi facultad- hasta ahora no se resuelve el exceso de dinero que se gasto para la construcción de nuestro pabellón. Y ni que decir de las demás facultades, todas tienen problemas. Es decir, en el lenguaje común " la UNCP está que se pudre en corrupción, está que apesta a rata...
Y no podemos hacer nada, lo único que nos queda es escuchar todas las mañanas las palabras displicentes y engañosas de un rector que le quedó grande el cargo, de un rector tetudo que nos tilda de terroristas, de un rector asqueroso que celebra cuándo en la Universidad nos morimos de dolor, de frio y de cansancio.
Estos 9 días me han dejado la conclusión de que esto "es un sueño incompleto de justicia con una huelga imperecedera".
Solo me queda decir " luchemos hasta el final muchachos, que la justicia llega".